CÁNTICO
I
He derramado lágrimas
mientras estabas cantando,
y he bordado mi mortaja
pues no soportaba ya tu encanto.
II
Mi alma se emocionaba,
tu voz saludaba a la muerte,
el corazón se me ensanchaba:
se disolvía en el horizonte.
III
Que nunca se apague tu voz
aunque yo me vaya con la parca,
me iré feliz, satisfecho y veloz
con tus recuerdos sonoros en mi barca.
IV
Nos veremos en el Hades,
un día cualquiera de primavera,
a esa cita puntual no faltes,
allí cantarás siempre la primera.
*Unas rimas que escribí hace un tiempo. Aunque denostadas en estos tiempos que corren, me gustó mucho escribirlas.
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