CANTO
I
Es hora
de no
esconder nada, padre,
pues así lo
deseaste tú
aquella mañana sombría,
cuando me desempolvaste tu verdad,
y, también,
tu deseo,
por tanto
padre, hablemos:
digamos
todo, ahora,
desde la serenidad que da la cercanía,
la distancia, de tu adiós...
*Este poema inicia una serie de poemas todavía en elaboración que formarán parte de un libro titulado: CANTOS A SAN GABRIEL.
Ves como no habías dicho ya todo en poesía ¡pues no te queda nada, amigo!
ResponderEliminarUn abrazo