domingo, 15 de junio de 2014

                   EL VIAJE A LA LUNA


         Estoy abatido y desesperado, me asalta la imagen opresora de la pesadilla reincidente. El motivo no es por mi reciente separación de Amalia Castillo, la única mujer que ha habido en mi vida, la madre de mis hijos y una de las componentes de la familia más influyente de Recuerdo, sino que esa desesperación me invade por la noticia que corre por la ciudad, la familia Castillo está por fin de viaje a la Luna, la primera familia en el mundo que consigue este objetivo.
         Cualquiera se sentiría como yo en estos difíciles momentos, no es para menos, de pensar que lo que siempre creí que era una ensoñación, una quimera, una ilusión de gente simple, y que ahora hayan hecho realidad por fin el sueño, esto me sume en un reiterado desánimo, y enseguida aparece la pesadilla. En realidad he de confesar que durante años también fue ese mi sueño, para ser fiel a la verdad, y tras el transcurso de los años entre ellos me contagiaron de esa supuesta fantasía. Yo siempre los había oído en tertulias íntimas de hermanos y cuñados (a mi nunca me aceptaron) que harían todo lo que estuviera en su poder para conseguir ese viaje que colmara al fin las ambiciones de toda una vida. He de precisar para ser en toda medida justo que hechos como que fueran gentes muy fantasiosas, y que siempre viajaban todos juntos en familia serían elementos más que de sobra para que no lo consiguieran; nunca imaginé que por fin se salieran con la suya, además, de haberlo supuesto, yo jamás hubiera forzado la ruptura matrimonial, aunque tal vez el desencadenante que ha propiciado ese deseado viaje a la Luna haya sido aprovechar la coyuntura de mi separación con Amalia Castillo.



Este microrrelato pertenece a mi libro: Historias de Chacón (Editora Regional de Murcia, 2.005)

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