OTRA MANERA DE LEER LAS NOVELAS DE MANUEL PUIG
Como
fervoroso y entusiasta lector de la obra de Manuel Puig (General Villegas,
Buenos Aires, Argentina, 1932. Cuernavaca, México 1990) siempre adopté la
costumbre de leer fragmentariamente sus novelas, es decir, he ido cada vez que
accedía a una de ellas, leyéndolas “a trozos”, y todas las veces me ha
resultado muy satisfactorio, como si el gran escritor argentino hubiera escrito
su inmensa obra para dársela a leer a sus lectores de ese modo, y así ir saltando
de una novela a otra, coincidiendo entonces con mi proposición, ya que el
lector puede leer cuarenta páginas de
“La Traición de Rita Hayworth”, pasar a leer otras cuarenta páginas de “Cae la
noche Tropical”, y hacer lo mismo con “Boquitas Pintadas”, “Maldición eterna a
quien lea estas páginas”, “El beso de la mujer araña”, “Sangre de amor
correspondido”, “Pubis angelical” y “The Buenos Aires Affaire”, y así ir
conociendo esta peculiar obra de uno de los escritores más marginales de la
Literatura Latinoamericana.
Esta
propuesta de leer las novelas de Manuel Puig no pretende afirmar que sus libros
son todos iguales o parecidos en su estructura y técnicas, no, todo lo
contrario, esta nueva forma de lectura propone un gran friso literario, un
collage en el que el lector capte desde el principio las múltiples y variadas
virtudes de una obra aún no reconocida en su magnitud como se debiera, incluso
ha sido mal leída, mal interpretada, despreciada por algunos críticos y
santones de la Literatura, considerándola una obra menor de la Literatura
Hispanoamericana, no reconociendo su extraordinaria calidad, sus magníficas
formas y modos.
La
fórmula propuesta en estas líneas puede ser incluso más divertida que el leer
ordenadamente cada una de las novelas de Puig, ya que así se entrecruzan
diferentes fragmentos y creando entre las ocho novelas escritas, una novela
única, adquiriendo ésta, una calidad de dimensiones espectaculares, una novela
coral de uno de los escritores más innovadores y revolucionarios del siglo XX,
y para certificar estas cualidades citemos algunos de los elementos que
conforman esta gran novela, que es la grandiosa obra de Manuel Puig, elementos
que ya de por sí se entrecruzan a su vez en cada una de las novelas, y que
constituyen al gran compromiso del autor con los géneros menores, la parodia y
lo kitsch, la literatura pop, y la novela dialogada, su gran amor por la
cultura popular (boleros, tangos...), un tratamiento especial y sutil por lo
considerado cursi, una obsesión por los melodramas populares, la novela rosa,
los radiales teatrales, lo epistolar, lo psicológico, los relatorios, las
noticias periodísticas, las películas de cine, las conversaciones de la calle,
las gentes de barrio, el trato especial para la clase media, los diálogos telefónicos,
el folletín, los guiones de las películas, las telenovelas, la novela policial,
haciendo así que todos estos elementos trasciendan y creen un compromiso
estético con la mitología pequeño-burguesa, y que sus personajes tengan una
vida propia y deambulen por los ámbitos más recónditos de la utopía, y todo
esto adornado con historias y acontecimientos banales que procuran que la
Literatura se desmitifique, y llegue a los lectores de forma que penetre hasta
conocer su alma, el alma del ser humano.
De
lector a lector, les invito a todos los lectores a acceder a las novelas de
Manuel Puig “a trocitos” o “de a poco”, entren de este modo en cada una de las
novelas del escritor argentino, y den un salto de novela en novela, como en ese
divertido juego infantil, de casilla en casilla, y conocerán un modo diferente
en la lectura de uno de los mejores escritores del siglo XX, un escritor que
arriesgó en cada novela nueva, haciendo en cada una de ellas nuevas propuestas,
y siempre fiel a sus modos y formas de narrar.
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