UNA
SEPARACIÓN FORMAL
Fíjate
bien en lo que te voy a decir, siéntate en el sillón si quieres,
pues sólo te lo voy a decir una vez, tu padre y yo nos hemos
separado, y adquiriendo una nueva perspectiva, hemos decidido de
mutuo acuerdo vivir juntos, que es la manera de estar todavía aun
más lejos. Bien sabes que es lo mejor que podíamos hacer, en ningún
momento hemos querido correr riesgos innecesarios, pues la situación
era insoportable, el anhelo reiterativo de una vida en común, para
qué me pregunto, si prácticamente no nos veíamos, no había
relaciones de ningún tipo, ni afectivas, ni sentimentales, sexuales
o intelectuales, esas formas tan incesantes que acucian todo orden
formal, nada, lo que se dice nada, entonces, por fin separados, la
plenitud de un desarrollo, y así de esta manera podremos vivir sin
problemas en nuestra casa, ahora verás bastante más al sinvergüenza
de tu padre, me tendrás a mí, y tú, ejerciendo sobre nosotros la
fascinación que siempre albergaste, en definitiva nos podrás
disfrutar mucho más. Se acabarán las quejas por tu parte, y sobre
todo por la suya, del modo en que vivíamos era imposible que
coincidiéramos en casa, él con su amante durmiendo siempre en los
hoteles de nuestra bella y olvidada ciudad de Recuerdo o en los
sillones de la oficina, yo con el mío, casi nunca veníamos a dormir
a casa, los trabajos respectivos nos absorbían durante el día, se
trata en realidad de que la imagen de familia formal y organizada
esta vez sea de verdad. Ten confianza en mí y en lo que te digo, lo
mejor es separarnos, el divorciarnos ya veremos, todo irá mejor hija
mía, se acabarán las broncas, el mal humor, los celos, la soledad,
la acumulación lenta de silencios. Ahora tu padre y yo iniciaremos
una nueva vida de separados, por fin tendremos algo en común,
viviremos juntos, buscando un equilibrio más acertado, intentaremos
estar más tiempo contigo, devolviéndote dentro de nuestras
posibilidades actuales lo perdido, trataremos de disfrutar de la
casa, los fines de semana serán para nosotros, nadie lo impedirá,
daremos por terminadas las otras relaciones, pediremos rebajar
nuestras jornadas laborales, estaremos los unos para los otros hasta
abandonarnos a una interminable extenuación. Ya sé, no hace falta
que me digas lo grotesco de todo esto, pero por favor no me reproches
más diciéndome con la mirada callada que lo deberíamos de haber
hecho hace mucho tiempo, no hubiéramos dado lugar a que la situación
se pusiera tan desagradable, las viejas frases adivinatorias, ya
sabes lo que dicen, que para que las cosas se pongan bien, primero se
tienen que poner mal, pero ahora todo irá mejor, rendiremos alabanza
a la nueva existencia, pues definitivamente cada uno vivirá
libremente su vida, entrará y saldrá de la casa cuando quiera, pero
tendremos la obligación de estar más pendiente de ti, eso sí,
volveremos pronto a casa, disfrutaremos del salón que compramos hace
un tiempo, de estos cómodos sillones, veremos más la televisión,
le sacaremos rendimiento a la cocina, sobre todo al horno que
nosotros casi no hemos utilizado, y lo mejor de todo, despediremos a
la asistenta. Seguro que de esta manera estaremos los tres mas
unidos, recobraremos por completo el debido sentido común,
conservándolo prodigiosamente, ya nadie se interpondrá entre
nosotros, no habrá que disimular la monstruosidad del pasado,
viajaremos mas los fines de semana que nos apetezca, programaremos
todos los años un viaje en común como nos ha recomendado el
psicólogo, te llevaremos a los parques temáticos que nunca
conociste, en definitiva recuperaremos el tiempo perdido, logrando
por fin la estabilidad que nunca tuvimos, seremos personas de vida
normal y sencilla, propia de nuestra condición de ciudadanos comunes
de la bella y olvidada ciudad de Recuerdo. Se acabarán las locuras
innecesarias, instauraremos normas como nunca tuvimos, horarios que
habrá que cumplir disciplinadamente, se terminará el cinismo,
cortando por lo sano el ensimismamiento en el que habíamos caído,
seremos por siempre nosotros mismos, de verdad, habrá conversaciones
de padre a hija, de madre a hija y por supuesto, entre papá y mamá
habrá la comunicación debida, a partir de ahora imperará lo
racional en nuestra casa, que nunca existió, visitaremos a los
vecinos, visitaremos a los tíos de ambas partes, se acabarán las
miradas de soslayo, los domingos interminables, los desmedidos
comentarios banales e insignificantes, habrá nobleza en nuestra
relación eliminando los excesos verbales, se acabará la
incertidumbre del futuro. Para que estés un poco más tranquila,
haremos un plan de pensiones, para que el futuro familiar esté
asegurado, organizaremos las funciones de la casa, uno fregará, el
otro se dedicará a la limpieza, cocinaremos en turnos rodados, se
efectuarán todas las labores caseras con minuciosidad, y por
supuesto volveremos a ir los sábados por la tarde a misa. Espero y
deseo que todo vaya bien por el bien de los tres, ya verás como
pronto nos adaptamos a la nueva vida, y te digo más, no hay mejor
cosa que un matrimonio separado, siempre unos miembros de la familia
al servicio de los demás.
Bueno,
pues ya te puedes levantar del sillón, eso es todo lo que tenía que
decirte, ya veo tu cara iluminada por la felicidad, no te preocupes,
confía en mí y ya verás como el tiempo nos devuelve a una vida
familiar plena, devolviéndonos invariablemente a ese modo de vida de
gozo y regocijo que es un matrimonio separado, y si todo marcha como
deseamos, estoy segura que tomaremos la siempre difícil decisión de
divorciamos, para procurar ser todavía más felices.
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