ESTAMPA
NAVIDEÑA
A
Carmen, que estaba por llegar...
Salí
a la plaza a preguntarle a la madrugada por ti, un frío feroz entró
en mi cuerpo, nevaba, era la primera nevada del cansado año. Fue entonces cuando apareciste tú y mi cuerpo se encendió, luego, abrazados los
dos miramos el cielo estrellado, y así fuimos desapareciendo en la
noche profunda, abrasados, felices de tanto amor, más tarde, sin
saber cómo aparecimos enloquecidos en nuestro lecho de pasión
amándonos, gozando de nuestros cuerpos para luego levantarnos a
tomar el desayuno y ya incorporarnos a la anodina y absurda vida
familiar navideña.
Navidad
2.017
(Imagen de Carmen Molina Cantabella)
*Este breve texto apareció en el Periódico digital VEGAMEDIAPRESS
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