ME CAIGO Y ME LEVANTO,
PERO NO ME ARRASTRO.
A una de las personas que
más admiro es a mi padre (que para mí sigue vivo); y siempre lo
admiraré por su lealtad al otro, por su fidelidad a los suyos, por
su dignidad. En los últimos años he recibido tantos aguijonazos de
la vida, que algunos me hicieron tocar fondo, otros fue dolor y otros tan solo decepción. Aún así soy muy feliz por otras muchísimas cosas
que poseo.
Tengo claro que soy como
soy, como todo hijo de vecino, que me parieron así, contundente,
débil, sentimental, tozudo; además, asumo mis múltiples errores y
defectos, pero siempre pedí perdón cuando me equivoqué, siempre;
ahora, lo que no soporto es la farsa, la fanfarria de algunas
personas que te quieren hacer creer que eres su amigo, te meten el
aguijonazo antes citado y luego simulan que son leales y amigos.
África me hizo
contundente por haber visto el infierno allí, y lo asumo, las
enfermedades me dieron fuerza por su mezquindad, y afortunadamente me
hicieron aún más sensible, aunque hay quien cree que debería estar
de vuelta de todo. No, no estoy de vuelta de todo, es más, estoy más
consciente que nunca que me gusta como soy, hace poco conocí el
verdadero amor, tengo una familia maravillosa, tengo cáncer, sufro,
disfruto de todo, amo, sueño, doy, recibo, y me caigo y me levanto
muy a menudo. Estoy cansado de ver gente por esta sociedad que nos lo
da todo, todo, y lo desprecian, y principalmente algunas personas
desprecian la amistad, algo que para mí es de lo más valioso que
puede poseer un ser humano, y sin lugar a dudas, aprecio mucho el
verdadero valor de los verdaderos amigos; a mí ya no me venden la
moto: con mi amistad no se comercia, no se juega, no se especula.
Sé, como decía
anteriormente, que soy contundente, pero tengo los pies en la tierra,
los verdaderos amigos saben donde estoy y mi teléfono, y yo donde
ellos están; no me arrastro por nada ni por nadie, veo ya a mi edad
pasos, y como decía Octavio Paz en su maravilloso libro, Pasado en
claro, pasos que me nombran, el nombre de mi padre, esa persona tan
admirada que camina a mi lado. Insisto, me caigo y me levanto, pero
no me arrastro.Vale.
(Imagen: Carmen Cantabella 'Always', acrílico sobre tela 73 x 92 cmts.)
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