UN
ENORME POETA
El
poeta Enrique Coronado, era tan buen amante de los libros, que
guardaba todos sus ahorros dentro de esos maravillosos objetos, los
mismos que iba colocando con pulcro orden en las estanterías de su
despacho.
El amanecer precioso del veintitrés
de Abril, Día del Libro, mientras el poeta dormía plácidamente,
unos desalmados ladrones asaltaron su casa, lo único que quedó
intacto fueron los libros, el dinero.
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