SIMPLEMENTE,
MONTERROSO
In
memoriam Tito
Uno
de los grandes pecados de los que convivimos en el mundo literario es
el olvido, pronto olvidamos a los grandes escritores que han forjado
nuestro conocimiento y han contribuido de manera especial a nuestra
formación de lectores y escribidores. Estos días vuelvo a releer a
uno de los escritores más significativos y trascendentes de la
narrativa en español, me estoy refiriendo al guatemalteco, Augusto
Monterroso (Tegucigalpa, 1921- Ciudad de México, 2.003). Un escritor
que con su ironía, humor, sarcasmo político, satira ácida, creador
de fábulas maravillosas, relatos, y de una gloriosa prosa, discípulo
aventajado de Gracian, cautivó a miles de lectores en los años 70,
y fue decisivo para muchos escritores de todo el mundo a la hora de
las influencias. No es cuestión aquí de hacer teoría literaria
(que tanto me incomoda, pues ante todo soy lector), pero sí de
reavivar la lectura de este gran escritor, que ha dado muchas páginas
de gloria a nuestras letras. Además, ahondo más en esta cuestión
en estos tiempos en los que desde diferentes plataformas, sobre todo
en verano, se nos aconseja o recomiendan lecturas, espacios aquellos
(periódicos, revistas culturales, semanales, radio, televisión,
etc.) que están mal iluminados por los intereses comerciales o
amistosos a que acudamos a la lectura de libros, curiosamente, la
mayoría no muy recomendables por su ínfima calidad. Por tanto
sirvan estas humildes palabras para reavivar la memoria de los
lectores y embarcarse en la lectura de una obra sin parangón en las
Letras Hispánicas: los libros de Augusto Monterroso, Tito, para los
amigos, nunca os defraudará ni os dejará indiferentes. !Ave Tito!
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