REDES
SOCIALES Y LITERATURA
El ser
humano siempre ha sentido mucho miedo a lo desconocido. Las redes
sociales son tan nuevas y desconocidas, como familiares a su vez; a
menudo decidimos dejarlas por un tiempo, otras veces no salimos de
ellas en todo el día, es todo tan humano, tan de la naturaleza del
ser humano...
El fenómeno
último y que más me llama la atención de estos cauces de
comunicación novísimos son las grabaciones de los actos cotidianos
en las redes sociales, actos banales para algunos y que para otros
representan su leitmotiv vital o lo que es ya casi, un lugar de
trabajo andante, que permite actividades antaño imposibles de llevar
a cabo.
Yo fui
descreido en principio, también me ocurrió con la Literatura,
llegué tarde, llegar tarde ha sido uno de mis sinos siempre para mi
alegría y desgracia, pero transcurrido un tiempo, a quién no le
hubiera gustado que escritores, artistas o personas a las que
admiramos, nos hubieran enseñado lo más íntimo de ellas o ellos.
La Literatura, por tomar un ejemplo cercano para mí, está llena de
fetichismo, la pluma con la que escribió Alejandro Dumas Los tres
mosqueteros, la tinta roja que compraba Bécquer en la esquina de
su casa madrileña y con la que escribió sus Rimas
y Leyendas, los calzoncillos de Jean-Paul Sartre en su
juventud, seguro que serían hoy motivos de largas discusiones
sociales, también, por supuesto la ropa interior de Marguerite
Yourcenar, el desayuno begano de Gandhi, los embutidos que cenaba
Marguerite Duras, o cómo se comía una ensalilla rusa con una
cerveza africana la baronesa Karen Blixen mientras escribía Memorias
de África o los batidos protéicos para su extrema delgadez. Al
fin y al cabo el ser humano es siempre el mismo desde la noche de los
tiempos.
Con el paso
del tiempo, creo que es tan necesaria esta vida contada paso a paso
como la de las novelas del siglo XIX, los cuentos de Las Mil y una
noches o las diferentes manifestaciones de la Literatura antigua
clásica, Platón y Aristóteles, en realidad todo es vida, todo es
literatura y filosofía.
Estoy
convencido, totalmente seguro, que Anna Karenina estaría en
Instagran contando primero su desamor y luego su apasionado amor,
Tolstói tendría un bello blog en Facebook, y que con toda seguridad
Djuna Barnes y Gabriela Mistral, utilizarían el Twiter.
Discúlpenme, queridos lectores, tengo que dejarles, tengo dos mesenger en el móvil, y cuatro
mensajes directos de twiter, no vayan a ser algo grave...
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