EL
TIRANOSAURUS
Me
paso la vida imaginando cosas, inventando otras realidades que me
acerquen a mi particular realidad, y que me hacen sostener con más
dignidad mi feliz existencia, por tanto cuando ayer fui a lavar el
coche a ese moderno lavadero que acaban de inaugurar en Recuerdo, me
quedé dentro del auto como de costumbre, y cuando la máquina con
sus complejos rodillos de colores empezó a moverse, imaginé que yo
era engullido por un Tiranosaurus,
entonces entraba en una grandísima boca colmada de dientes, y
rápidamente descendí por el esófago, hasta llegar al gigantesco
estómago que en ese momento estaba prácticamente vacío, todo el
tracto estaba perfectamente iluminado con una luz de color rojizo, al
llegar a este punto pensé que estaba viviendo una experiencia
maravillosa, en contra de lo que se podría pensar, por qué habrá
gente que piense que estos espectaculares reptiles fósiles que se
extinguieron rápidamente hacia el fin del periodo cretácico en una
de las crisis biológicas más fastuosa e inexplicable que han
afectado la vida en la Tierra, son unos animales despreciables.
Mientras
continuaba mi plácido paseo diario de órgano en órgano, imaginaba
que en cualquier momento sería expulsado de mi querido y admirado
animal, aunque sin saber porqué de pronto me invadió una melancolía
opresiva, supe que estaba equivocado, ésa era mi verdadera vida, mi
auténtica existencia, enseguida me abandoné a una gran felicidad,
verdaderamente llevaba toda la vida viviendo dentro de un dinosaurio,
y casi no me había dado cuenta, nunca jamás hubiera encontrado un
lugar mejor para vivir, tan sólo en mis fantasías, en realidad me
sentí culpable por no haber sabido apreciarlo, a continuación
maldije también un poco mi exceso de imaginación, ya que con la
vida feliz que llevo, cómo podía ser que me diera por pensar, por
imaginar, por hacerme creer que yo era un ciudadano corriente de la
bella y olvidada ciudad de Recuerdo que ayer no tenía otra cosa que
hacer, y había ido al nuevo lavadero a lavar el coche.
Este relato pertenece a mi libro: llegarás a Recuerdo (Azarbe, 2.007).
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