EL ENCUENTRO
A
María Kodama
Escribo memoriosa, y tomo
prestada de ambos su excepcional prosa inteligente, intuitiva y
culta, paradigma de la modernidad literaria. Con pictórica precisión
rememoro el lindo encuentro de los dos hombres ante mí, el encuentro
de los dos grandes escritores argentinos de paso por Madrid.
Es uno de
mis cuadros preferidos, El
perro de Goya,
allí se encontraron, ante ese cuadro, en la sala de pinturas negras
del Museo del Prado: Borges y Cortázar, dos seres que siempre
adoraré. Julio Cortázar, con su figura inconfundible entró de
pronto en la sala, emocionada me vi de pronto en el interior de un
sueño, un hermoso y deseado sueño, y en éste estaban los dos
hombres solos en el lugar, junto al cuadro, mirándose el uno al
otro, alejados, dejando al lado sus vidas y posturas políticas
contrapuestas, y poco a poco una fuerza extraña los iba acercando.
Fue Julio envuelto en el feliz sueño el que definitivamente se
dirigía al maestro y le agradecía el haberle publicado en su día
el primer cuento Casa
tomada
en la revista Los
Anales de Buenos Aires,
que entonces dirigía Jorge Luis Borges.
De golpe
desperté de ese maravilloso sueño, entretanto presté mis ojos a
Borges para que viera, al igual que hizo en el sueño, como
Cortázar a pesar del antagonismo pero unido por el amor y la
gratitud de la Literatura se acercaba definitivamente a nosotros que
contemplábamos uno de mis cuadros preferidos, El
perro de Goya,
entonces los dos hombres se fundieron en un emotivo abrazo.
Marzo 2004
(Este entrañable homenaje se publicó en El periódico El Noroeste de Caravaca de la Cruz en el año 2.004).
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